Iniciamos esta gestión 2025-2030
enarbolando la defensa de la Democracia y la Libertad, tal como nos lo enseñó
nuestro tribuno de la República y fundador de la hoy Universidad Nacional de
Trujillo, Don José Faustino Sánchez Carrión. No son palabras lanzadas al viento:
Democracia y la Libertad son el pulso vital de una sociedad que aspira a ser
justa, es el faro que guía el destino de los pueblos hacia la dignidad y la
conciencia.
Sin embargo, vivimos tiempos
donde estas virtudes se ven amenazadas por la indiferencia, la manipulación y
la desmemoria. En muchas esferas del poder la voz del pueblo se vuelve un eco
lejano, y la Educación, en lugar de ser el gran despertar de las conciencias,
se ve atrapada en laberintos burocráticos que oscurecen su esencia
transformadora.
El 10 de mayo de 1824, el
Libertador Simón Bolívar y su ministro único José Faustino Sánchez Carrión, en
nuestra andina ciudad de Huamachuco, fundaron la Universidad Nacional de
Trujillo, con una perspectiva visionaria sobre la base de la enorme riqueza de
nuestra Región, pero urgida de ciencia y tecnología para su desarrollo.
Esta acrisolada decisión de
trascendencia histórica se gestó al calor de las luchas libertarias por la
Independencia del Perú y América. 201 años han transcurrido desde que nuestros
egregios y visionarios fundadores nos legaron una de las más grandes obras del
espíritu humano, de su intelecto y su voluntad, como es nuestra querida
Universidad Nacional de Trujillo, con la misión y gran la responsabilidad de
construir patria, inculcando en la juventud convicciones de libertad y
democracia, como valores cívicos supremos.
Frente a un mundo convulso que se
somete a la barbarie, donde el ser humano parece haber olvidado su humanidad,
no seremos testigos mudos de la tragedia, tenemos que ser la voz que clama, el
pensamiento que ilumina y la acción que transforma. Asumiremos la Educación
como una trinchera de paz, un santuario donde la razón prevalezca sobre la
violencia y el conocimiento venza a la indiferencia.
Nuestra misión no será solo
formar profesionales, sino sobre todo cultivar espíritus que se indignen frente
a la injusticia, que cuestionen el statuo quo, que se levanten como
arquitectos de un mañana más justo. Proponemos una universidad que dialogue con
el mundo, que no se encierre en sus aulas como castillos de marfil, sino que se
expanda como un río caudaloso hacia la sociedad. Promoveremos la investigación
comprometida con los problemas globales, el debate como antídoto contra el fanatismo,
la solidaridad como bandera ante la indiferencia.
En esta nueva gestión buscamos fortalecer el desarrollo institucional de la Universidad Nacional de Trujillo, consolidándola como una de las principales casas de estudio del país, garantizando un entorno académico óptimo para estudiantes, docentes y personal administrativo.
Acarició el ideal de una universidad libre y democrática, en la que todos convivamos en armonía, es un ideal que aspiramos alcanzar y por el que estoy dispuesto a trabajar incansablemente. Hay inteligencia y hay talento en nuestra Bicentenaria universidad.
Deseo una universidad hermosa, llena de jardines, tengo fe de que nuestra universidad será el faro al cual acudan autoridades, obreros, campesinos y cualquier ciudadano que quiera empaparse de su luz.
Tengo fe que un día florecerán los frutos de nuestro esfuerzo, tengo fe de que juntos somos más que la suma de nuestras ambiciones personales.
Fortalezcamos nuestra Universidad para que la UNT sea más grande y próspera. Que Dios nos acompañe por la ruta que hace dos siglos trazaron nuestros fundadores, que la sabiduría y pedagogía del buen ejemplo acompañen siempre nuestras acciones, que nuestra UNT sea un hogar donde el talento florezca, donde la vocación brille y donde la historia nos recuerde no por lo que prometimos, sino por lo que hicimos.