La
Universidad Nacional de
Trujillo se funda
el 10 de mayo de
1824, mediante decreto dictatorial firmado por Simón Bolívar, refrendado
por su único Ministro y Secretario General,
José Faustino Sánchez
Carrión y caligrafiado
por Francisco Gallareta, en
el cuartel general
de Huamachuco y,
es otorgada a
la población del Departamento de
Trujillo como recompensa
a los servicios
y fidelidad a la causa
del ejercito libertador en la Independencia del Perú.
La Universidad se instala el 12 de
octubre de 1831 bajo el título de Universidad de Santo Tomás y Santa Rosa de
Lima de la ciudad de Trujillo, a propósito de su advocación a los santos
patronos como herencia virreinal católica. Inició su funcionamiento en el
Seminario Conciliar de San Carlos y San Marcelo, para luego trasladarse a su
local del antiguo Convento Jesuita (hoy Local Central).
La primera comisión encargada de la
elaboración de los estatutos que regirían la Universidad, fue integrada por el
Sr. Rector Dr. Carlos Pedemonte y Talavera, Dr. Don Hipólito Unanue, Dr. Manuel Lorenzo Vidaurre y el Dr. Manuel Villarán, personajes insignes que, con
sus ideales de libertad, igualdad y la luz de la razón sentaron los hitos
fundamentales de la gesta de la independencia. A pesar, de tal iniciativa, la
institución funcionó bajo los lineamientos de la Universidad Mayor de San
Marcos hasta los primeros años del siglo XX. En 1928, durante el gobierno de
Augusto B. Leguía, entró en vigencia el uso del Estatuto Universitario Nacional
y al año siguiente el Consejo Universitario elaboró el Reglamento que
conduciría la Universidad.
Más adelante, con la Ley N° 23733, se
formó la Asamblea Estatutaria, integrada por 24 profesores y 12 estudiantes, la
cual asumió la responsabilidad de dar a la Universidad un Estatuto. Después de
193 años de haberse fundado la U.N.T. y siguiendo esta meritoria responsabilidad
académica e institucional, el 10 de noviembre del 2017, la Asamblea Universitaria,
estando al amparo de la Ley Universitaria N° 30220, aprobó el presente Estatuto
Reformulado, continuando de esta manera, con el legado histórico de los
fundadores y de los personajes que formaron parte de la comunidad
universitaria, en el camino de la excelencia académica e iniciando el cambio
con la responsabilidad histórica,
la calidad científica, tecnológica y
humanista.