Notas de Prensa

Desde los laboratorios hasta los campos altoandinos, un egresado de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT) lidera uno de los proyectos de investigación más ambiciosos del país: el Proyecto de Inversión Pública “Mejoramiento de los Servicios de Investigación y Transferencia Tecnológica en el manejo y recuperación de suelos agrícolas degradados y aguas para riego en la pequeña y mediana agricultura”, impulsado por el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA).

 

Se trata del ingeniero Richard Andi Solórzano Acosta, egresado de Agronomía y actual coordinador de investigación del Proyecto Suelos y Aguas en INIA en Lima. Desde su rol, Solórzano ha reformulado las líneas y protocolos de investigación orientándolas hacia la biotecnología, la microbiología agrícola y la economía circular, pilares de una agricultura moderna y sostenible.

 

El proyecto, que cuenta con una inversión superior a los cien millones de soles —de los cuales el 20% se destina directamente a la investigación—, ejecuta 96 investigaciones a nivel nacional. Entre sus avances destacan la producción de biochar a partir de residuos agroindustriales, la obtención de hongos comestibles a partir del ichu como alternativa a las quemas, y la bioprospección de cepas microbianas capaces de reducir hasta en 30% el uso de fertilizantes químicos. Hasta la fecha, estos esfuerzos se han plasmado en 67 publicaciones científicas en temas de salud del suelo y recursos hídricos.

 

“Reemplazar el uso intensivo de agroquímicos por tecnologías basadas en microorganismos y residuos orgánicos no solo mejora la fertilidad del suelo, sino que fortalece la seguridad alimentaria del país”, afirma Solórzano, quien combina su labor en el INIA con la docencia universitaria y la consultoría en bioinsumos.

 

Mirando al futuro, el investigador plantea nuevas metas: “Debemos convertir el suelo en un sumidero de carbono, tecnificar al pequeño productor y promover el consumo interno de nuestra diversidad agrícola. El reto es que el peruano vuelva a valorar lo que nuestra tierra produce”.

 

Richard Solórzano, investigador RENACYT nivel II, representa un ejemplo del impacto de los egresados de la UNT en el desarrollo científico nacional. Su trabajo consolida la presencia de la universidad en proyectos de gran envergadura, reafirmando su compromiso con la innovación, la sostenibilidad y el progreso del sector agrario peruano.

 

Con iniciativas como esta, la ciencia agraria peruana demuestra que innovación y sostenibilidad pueden crecer de la misma raíz.